miércoles, 3 de junio de 2015

UNA FORTUNA QUE BROTÓ DE LAS PEQUEÑAS COSAS





A Rafael Esquivel lo conocemos desde los días cuando era un empleado bancario en una agencia en El Paraíso, tempranos años 80. Y como en aquel presagio de la canción de Pablo Milanés, nunca supo lo que el destino le tenía guardado: “Nadie sabe al día siguiente lo que hará”.

Llegado desde su natal Islas Canarias a Venezuela en sus días adolescentes, se hizo funcionario de la Asociación de Fútbol del estado Nueva Esparta, pues siempre ha vivido en Margarita. Por tal razón, ascendió al cargo de vicepresidente de la Federación Venezolana, y ahí estaba cuando recibió una llamada urgente: “René Hemmer ha muerto”.

Hemmer era el presidente de la pobreza, como lo fue también Esquivel al heredar el cargo. Por entonces no había televisión para el fútbol nacional, hablamos de 1987, y comprar un juego de uniformes para la selección era un logro impensado. Esquivel, ya investido como máxima autoridad de fútbol venezolano por la gracia de unas elecciones, era echado a un lado en las reuniones de la Confederación Suramericana, visto de reojo, y a quien escribe le tocó acompañarlo varias veces a fiestas y agasajos, para tener él alguien con quien hablar.

Pero la tele explotó en el continente, y llegaron los negocios que se hacían en la frontera de lo legal, aunque siempre peleados con el sentido ético. Se presentaron varios negocios, de menor a mayor, y el caso de los terrenos del Centro Nacional de Alto Rendimiento fue uno de ellos, de los más grandes. Eran propiedad de Esquivel, quien atado por las legalidades, lo vendió a un familiar. Y este, con la escena preparada y con la malicia que envolvía el caso, a su vez lo negocio a la Federación. En rigor, fue un negocio legal, pero a espaldas de la moral.

Y así, Esquivel se fue envolviendo en toda la maraña de la Confederación. Unas veces por complacer a los jerarcas y ascender, otras por avaricia, se fue moviendo en la arena movediza de la trampa. Y, mientras más importante era, por cargo y por la crecida de la VInotinto, más se iba hundiendo en un pantanal del que no pudo emerger.

Ahora, todo es incertidumbre, dudas, tratar de mirar hacia el porvenir tanteando sin oriente. ¿Qué va a pasar con el fútbol venezolano, con la selección?, ¿habrá pensado en eso Rafael Esquivel? 

 Cortesía Cristóbal Guerra ( Camiseta Diez)



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EN SU CUARTO ANIVERSARIO ATENDIDO 
                                           POR EL GORDO HORACIO GOUVERNEUR
                                                        ! UNA DELICIA!
JUAN MALDERA Y SU EQUIPO SUB 18 DEL CHV LES DESEA UN AÑO 2015 LLENO DE PROSPERIDAD Y FELICIDAD ! SALUD! 









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