Corea del Norte, la roja misteriosa en el
"grupo de la muerte" del Mundial 2010
cORTESIA de Gabriela Torres
Enviada especial a Sudáfrica 2010
Están aislados en su campamento base.
Nadie los espera a las puertas de los estadios o en los campos de entrenamiento.
Llegan en el más profundo silencio y se van sin causar revuelo.
El misterio rodea a uno de los equipos del Grupo G del Mundial de Fútbol 2010,
también conocido como el "grupo de la muerte".
Se trata de Corea del Norte, o RPD de Corea,
como exigen ser llamados, selección que se enfrenta este martes a Brasil.
En las calles de Johannesburgo no se venden banderas de esta república popular democrática.
Tampoco vemos un contingente de periodistas norcoreanos siguiendo los pasos de su equipo.
Mientras, en el estadio reina el hermetismo.
Durante la rueda de prensa previa al partido contra la selección canariña sólo salió
el seleccionador Kim Jong-Hun junto al jefe de prensa de Corea del Norte.
Las reglas del juego...
Las reglas para la conferencia las sentaba el portavoz de la Fifa:
"Sólo se pueden hacer preguntas relacionadas a los jugadores,
no se admiten temas políticos ni de ningún otro tipo que no sea deportivo".
Este es el país que abre junto a Brasil el grupo G, que también cuenta con Portugal y Costa de Marfil.
"Sólo se puede hacer preguntas relacionadas a los jugadores, no se admiten temas políticos ni de ningún otro tipo que no sea deportivo"
Un delegado de la FIFA a los periodistas
Poco se conoce de este combinado norcoreano que sorprendió clasificando para el Mundial de Sudáfrica 2010 en la última ronda de Asia.
Y poco deja conocer Kim Jong-Hun en sus intervenciones a la prensa.
"El partido (contra Brasil) es un gran encuentro,
pero ya tenemos lista nuestra estrategia para vencerlos".
"Como podrán entender no podemos revelar nada más", sentencia el seleccionador.
Mucha fuerza mental, poca afición
Kim Jong-Hun está seguro de poder ganar a Brasil,
pues todo es una cuestión de fuerza mental.
"Y estamos en nuestro máximo potencial".
Al contrario de otros equipos, no se habla del apoyo de la afición,
tampoco se menciona si en
Corea del Norte se podrá ver en vivo el partido.
"Sabemos que se va a transmitir",
es lo único que se atreve a decir, y confiesa que no está al tanto de los detalles.
¿Una selección sin afición? Y con poca prensa local. De hecho hasta donde BBC Mundo pudo conocer, sólo hay acreditados dos periodistas norcoreanos.
En BBC Mundo no somos los únicos que estamos buscando a algún aficionado que lleve los colores de esta roja norcoreana. "No había nadie cuando fui a uno de los entrenos en el campo base de ellos", cuenta Maria Luisa Cavalcanti, de BBC Brasil.
"Yo también estoy buscando a alguien que apoya a la selección de Corea del Norte y no he conseguido a nadie", comenta otro periodista de la televisión estatal alemana.
"El ejército de voluntarios aficionados"
En vista de la falta de aficionados norcoreanos con posibilidades de viajar a Sudáfrica, la BBC tuvo noticias hace un par de semanas de que el Ministerio de Deportes norcoreano le pidió al gobierno chino que le prestara unos miles de aficionados de ese país para que le hicieran barra al combinado en cuestión.
Tal grupo se llamaría "el ejército de voluntarios aficionados" y debieron haber llegado hace unos días. Sin embargo, hasta ahora no se escucha ni una vuvuzela con ritmo norcoreano.
La embajada de China en Johannesburgo no contesta las llamadas y en el pequeño barrio chino de Johannesburgo nadie sabe de una afición de ese país apoyando a sus vecinos.
Con o sin seguidores, Corea del Norte saldrá al campo segura de que puede doblegar a un Kaká, un Dani Alves o un Robinho. Sólo queda que Kim Yong Jun, Pak Chol Jin y Jong Tae Se estén tan concentrados como su entrenador para cumplir con la misión.
Es la primera vez en 44 años que la selección norcoreana llega a una Copa del Mundo. La última vez fue en 1966. En esa oportunidad sorprendió al mundo derrotando 1-0 a Italia, lo que les permitió llegar a cuartos de final para ser despachados a casa -no sin esfuerzo- por Portugal con tres goles a favor y cinco en contra.
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