lunes, 12 de julio de 2010

EL TWITTER CAMPEON MUNDIAL DE SUDAFRICA 2010

DIEZ RAZONES POR LA QUE
FUE UN MUNDIAL DISTINTO



El primer torneo en el continente africano hizo historia:
la política, el colorido, las figuras, los barrabravas
y el dominio europeo.

Por
Daniel Arcucci / Enviado especial
www.lanacion.com.ar
12 de Julio de 2010 - 02:07



JOHHANNESBURGO.-
Cuando faltaban sólo unos días para el inicio de la competencia que cada cuatro años paraliza a medio mundo,
era posible imaginar - sin ser aventurado - diez razones por las cuales Sudáfrica 2010 sería un Mundial definitivamente diferente.
Hoy, después de 30 jornadas intensas y de 64 cambiantes partidos,
es posible corroborarlas y refrendarlas, con los resultados en la mano.
¿Por qué fue distinto?
1) Por Africa
Por política, por interés, por votos, por convicción. Por lo que sea, Sepp Blatter lo hizo:
llevó el Mundial al continente más impensado. Le ganó al escepticismo generalizado, es cierto.
Y les ganará a las suspicacias si de verdad les da continuidad a esos proyectos que se presentaron en la vigilia misma del partido final:
ver en funcionamiento, dentro de algunos años, un centro deportivo como el del barrio Alexandra,
uno de los más pobres de Johannesburgo, sería tan valioso como el Mundial mismo.
2 ) Por Sudáfrica
Ni los peores - y prejuiciosos - augurios ni las mejores -y novedosas- revelaciones.
Sudáfrica fue el Mundial de Sudáfrica.
Con carencias compensadas por la buena onda y la disposición,
con virtudes potenciadas por las dificultades del contexto y del ambiente.
Organizativamente ha sido un Mundial, por decirlo de algún modo, flexible.
Sin la rigurosidad FIFA,
expresada en pocos países como en Japón- Corea 2002 y en Alemania 2006.
Allá, no hay tickets era no hay tickets,
a las 18.15 sale el bus era a las 18.15 sale el bus.
Aquí. algo podemos hacer. Sudáfrica lo hizo.
Fiel a sí misma, sin traicionarse y sin imitar.
Y deja abierta la respuesta a la pregunta original:
¿si el Mundial de rugby de 1995, y sobre todo su final, sirvió para salvar a una nación?,
tal como lo reveló John Carlin en su fantástico libro "Factor humano",
¿de qué le servirá a Sudáfrica este Mundial de fútbol 2010?
Ojalá que algo más que los US $ 1000 millones de ganancias que reveló Danny Jordaan,
el líder de la organización. Pero que hizo historia, hizo historia.
3) Por Maradona
Más allá del resultado final, más allá de su obstinación para interpretar su teoría de DT jugadorista al extremo,
Diego Armando Maradona fue una de las estrellas del Mundial.
Y entiéndase estrella por la ecuación que surge de la expectativa generada y lo que dio a cambio.
Maradona modificó la forma de fotografiar y televisar el Mundial:
las cámaras le apuntaron a él tanto como a los jugadores y eso mismo fue una metáfora de su gestión.
4) Por la música
No será necesario ver imágenes de este Mundial para saber que se trata, justamente, de este Mundial.
Bastará con el audio. Las vuvuzelas de fondo.
Nos acostumbramos a ese zumbido de abejas de fondo al punto de resultarnos extraño el silencio.
Y la mayoría nos volvemos a la Argentina con una de ellas, ¿por qué no?
Al fin y al cabo, reemplazó el ruido de pelota.
Que, por cierto, tratándose de la polémica Jabulani, también hizo ruido.
5) Por Messi
Era su Mundial. Y la frase no sólo vale para los pronósticos previos,
sino para los tres primeros partidos, los de la fase de grupos.
Allí, Messi fue el mejor de un equipo que se destacaba, justamente, por sus delanteros.
Buscó su gol obstinadamente y no lo encontró.
La comisión técnica de la FIFA lo incluyó entre los 10 mejores del Mundial
- para competir por ese Balón de Oro que finalmente se llevó el uruguayo Diego Forlán -,
pero eso se pareció más un premio a las intenciones que a las concreciones.
Cuando esté jugando el próximo, Brasil 2014,
estará cumpliendo 27 años en plena competencia.
Ojalá que ése sí sea su Mundial.
6) Por los que no estuvieron
Sudáfrica 2010 arrancó con notables ausencias.
Por lesiones traicioneras, por eliminatorias complicadas o por convocatorias sorprendentes,
el Mundial no tuvo desde el arranque a Ballack, Ronaldinho, Beckham, Owen, Ashley Cole,
Ferdinand, Cabañas, Essien, Mikel, Ibrahimovic, Robbie Keane, Carew, Berbatov, Cech,
Keita, Adebayor o Riquelme, entre otros.
Pero lo curioso fue que esas estelares ausencias tuvieron su continuidad en otras que,
si bien aterrizaron en Sudáfrica, nunca despegaron:
Cristiano Ronaldo, Rooney, Kaká y, de alguna manera,
Messi quedaron varados entre ellos.
Más que nunca,
el triunfo llegó por el lado de los equipos y no de las individualidades.
7) Por el juego
Antes del Mundial, los dos grandes candidatos a quedarse con la Copa del Mundo eran
la España más sudamericana de la historia y
el Brasil más europeo de todos los tiempos. Pues ganó España.
Allá por los cuartos de final,
la cantidad de equipos ubicados entre los mejores ocho daba una notable supremacía de Sudamérica,
que parecía explicarse, sobre todo, en eliminatorias más hostiles y
en competitividad individual en las mejores Ligas del mundo.
Sin embargo, el podio terminó siendo absolutamente de
Europa, con España, Holanda y Alemania
no sólo encolumnados en el orden sino en un estilo de juego de mayor búsqueda ofensiva y estética.
El que los acompañó, sorprendentemente,
fue el sudamericano menos pensado,
Uruguay, quinto en las eliminatorias y cuarto en el Mundial.
8) Por las barras
"Cuando empiecen los partidos, se olvidan",
decían los descreídos de siempre sobre los medios que se ocupaban de la más vergonzante exportación argentina: las barras bravas.
Las barras siguieron siendo noticia.
Por la compra y venta de entradas, por el tráfico de influencias,
por la connivencia con dirigentes y protagonistas, por la presencia de gremialistas con ellos.
La justicia y la policía sudafricanas e internacionales trabajaron como se debe,
y hubo detenciones y deportaciones.
También hubo una muerte, lamentablemente.
A la Argentina se la recordará por siempre en Sudáfrica también por esto.
9) Por la hiperconexión
El Twitter, la última escala - aunque no la definitiva - de
la maravillosa evolución tecnológica en comunicaciones que,
cada cuatro años, marcan los mundiales.
Vale repasarle: del télex en México 86 al fax en Italia 90;
de la computadora en EE.UU. 94 a las redacciones remotas en Francia 98;
del wi-fi en Japón-Corea 2002 al blog en Alemania 2006.
Sudáfrica 2010 fue el reino de la hiperconexión:
texto, foto o video de la última novedad,
de la conferencia de prensa transmitida en vivo,
del partido relatado y comentado minuto a minuto,
de la nota interesante retweeteada o retuiteada o simplemente RT al instante.
Twitter fue una de las estrellas del Mundial.
De este Mundial.
Porque en Brasil 2014 habrá, seguro, otra cosa para experimentar.
10) Por el desempate
El primer Mundial en continente africano iba a servir, se descontaba,
para desequilibrar la balanza de títulos entre Europa y Sudamérica.
De los 18 torneos jugados hasta aquí, habían ganado 9 cada uno.
Que lo ganara un africano era un sueño local, por supuesto.
Pero los Bafana Bafana perdieron la posibilidad enseguida
(por primera vez, el equipo organizador quedó eliminado en primera rueda)
y sólo Ghana llevó la ilusión un poco más lejos.
Lo que nadie imaginaba es que cayeran tantos registros juntos:
por primera vez un europeo ganó fuera de su continente
y por primera vez ganó España.
Como para que este Mundial sea, definitivamente, diferente.

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